miércoles, 3 de agosto de 2016

El adulto con TEA y su inclusión biopsicosocial: una aproximación de análisis a la película El Pozo[1]
Mgtr. Raymond Martínez


Autismo y su relación con Infancia.

Referirse a una condición clínica como es el Trastorno del Espectro Autista, inmediatamente hace pensar en las situaciones a las que día a día se enfrentan niños y niñas con esta condición. Con poca frecuencia el autismo suele relacionarse con la edad adulta y con los retos a los que las familias y las personas con TEA deben lidiar.
Esto se debe a que el autismo, socialmente y terapéuticamente, pareciera estar relacionado solamente con un trastorno del desarrollo y de la infancia y que los esfuerzos médicos, terapéuticos y familiares que se realiza para su beneficio solamente consideran esta etapa del desarrollo vital.

En el campo de la investigación, al referirse al tema del autismo, la mayoría de las investigaciones giran en torno al diagnóstico temprano, el tratamiento de niños con este diagnóstico, el apoyo que deben recibir las familias y recientemente hacia las nuevas fronteras que las neurociencias ofrecen sobre el tema.

Al hacer una búsqueda rápida en bases de datos científicas (Scielo, EBSCO, Redalyc y Pubmed) se evidencia que el abordaje del autismo en la vida adulta es limitado. Por ejemplo, en el caso de la base de datos Scielo, al realizar la búsqueda bajo el criterio autismo y adultos, solamente presenta tres artículos bajo estos criterios, de los cuales uno está relacionado con la evolución de niños con TEA y dos sobre perfiles de personalidad y psiquiátricos del adulto con TEA.

Por otro lado, EBSCO, bajo los mismos criterios, presenta diez investigaciones sobre esta consulta, de las cuales solamente cuatro aplican a temas relacionados con el adulto con autismo. Lo mismo se encuentra en otras bases de datos, donde los artículos presentados son los mismos a las dos citadas como ejemplo o bien giran en reflexiones sobre el abordaje clínico y terapéutico desde la infancia.

Esto indica que por ahora son escasas las investigaciones acerca de la evolución y vida adulta de las personas con autismo y algunas de las existentes, sobre todo en un contexto europeo, carecen de fiabilidad para nuestra realidad social, económica y política. Las conclusiones de estas investigaciones, en general, proponen que las personas con autismo tienen limitado acceso al campo de trabajo, vivienda y por tanto a una vida independiente tanto económica como habitacional.

Esto pone en evidencia que el problema, y tal como se observa en la película, es un problema poco abordado y que en la actualidad necesita, no solo de la reflexión, sino de atención inmediata, ya que la sociedad no se encuentra preparada para ofrecer a las personas con autismo, espacios de inclusión en su vida adulta.

El problema de la evolución y desarrollo de la persona con TEA

La película, sugiere con claridad, el problema que viven las familias de personas con TEA: un diagnóstico temprano, el proceso de duelo y a su vez de afrontamiento, la búsqueda de apoyo y el peregrinar de profesional en profesional buscando una solución, el aspecto de la educación y las expectativas para el niño con TEA, el seguimiento de programas, planes de intervención y terapias para el apoyo del niño… y así todo este proceso de años en búsqueda de respuestas.

Sin embargo, hasta el momento, los programas de transición a la vida adulta y el apoyo al adulto con TEA son escasos. Es importante considerar que el niño con TEA, en su desarrollo, va creciendo con sus retos y los retos van adquiriendo nuevos matices y complejidad con el paso de los años.

Para las familias es un proceso doloroso y complejo ya que supone el afrontamiento inicial de una problemática ante la cual, en perspectiva de futuro, plantea interrogantes sobre el futuro desarrollo de la persona. Para la familia surgen preguntas como: ¿Cuál será el futuro del hijo? ¿En qué trabajará, si es que tendrá esa posibilidad? ¿Qué problemas de salud tendrá que afrontar? Cuando sus padres falten ¿Quién se hará cargo de él o ella? ¿Logrará independizarse de casa?, Etc.

Quizá la película no muestra esta fase de las familias, ya que presenta, a una familia con el problema instalado y sin respuestas. Lejos de realizar un análisis de la película en los aspectos técnicos y en la forma en que la actriz representa a Pilar, el tema en cuestión es: ¿Cómo puede una familia recibir el apoyo adecuado, desde un sistema de salud o por parte de profesionales involucrados para mejorar la atención y calidad de vida tanto de la persona con autismo como de la familia?

Para ello es importante precisar que el abordaje de cada caso y familia debe ser individualizado, ya que el autismo, aunque presenta rasgos caracteristicos comunes, se presenta en condiciones diversas en cada sujeto y familia. Por tanto el problema del autismo debe considerarse desde una perspectiva biopsicosocial y es necesario incluso añadir aspectos de órden legal sobre la vida civil de estas personas.

Es importante precisar que el problema es complejo, como complejo es el abordaje individual que merece cada persona y familia. Sin embargo, desde las experiencias de profesionales de distintas disciplinas que se relacionan con el autismo, muchos expresan que nuestro país no se encuentra preparado para realizar la inclusión de adultos con TEA en el campo laboral, por ejemplo. Es posible que los que poseen un alto funcionamiento y un mejor perfil cognitivo tengan mayor acceso a programas de inclusión laboral, tal es el caso de iniciativas que están dedicadas a esta inclusión. Sin embargo, aun con estos esfuerzos y buena voluntad por lograrlo, surge la siguiente interrogante: ¿Qué tan preparados estarán los adultos con autismo para afrontar la vida laboral? ¿Cómo manejarán los retos sociales propios de esta condición?

Por citar el ejemplo del acceso al trabajo, es una sola de las aristas de la problemática, los retos para los niños con autismo a enfrentar en el futuro son mucho más fuertes y cambiantes y también reta a los profesionales a buscar opciones para que la calidad de vida de ellos cada vez sea mejor.

Pero ¿y la familia?, la familia debe afrontar un reto ante esta situación. Para los padres trabajar en la perspectiva de futuro del hijo o hija con autismo. Equilibrar la atención para con los demás hijos. Y así se suman muchos otros elementos que podrán ser mejor explicados por la experiencias de una madre o un padre que los afrontan personalmente. Por otro lado los hermanos y hermanas ¿Cómo afrontan esta condición? ¿Qué supondrá a futuro para ellos el hermano o hermana con autismo? Incluso los hermanos y hermanas podrán cuestionarse a sí mismos o podrán hacerlo quizá sus parejas, sobre los aspectos genéticos que se asocian al autismo y esto supondrá algo más que afrontar.

Frente a este panorama, es importante afrontar el problema  con optimismo, ya que este tema ofrece un gran reto y es necesario buscar y brindar una respuesta al mismo. Los profesionales de la salud mental y otras áreas, no pueden quedarse ajenos a la preocupación de las familias que están afrontando estas situaciones, por lo que el reto es concientizar y trabajar por que puedan existir programas para el apoyo de estas familias y de los adultos con TEA, así como los niños que hoy afrontan este reto pero que podrían tener más opciones y posibilidades de inclusión que promueva su calidad de vida.






[1] El Pozo. (2012). [DVD] Argentina: Rodolfo Carnevale.

lunes, 18 de julio de 2016

Desarrollo Social en Niños con Retos del Desarrollo



Según varias teorías sobre el desarrollo social, lo seres humanos, como seres netamente sociales y gregarios, desarrollamos estas habilidades desde muy pequeños.  Aproximadamente a los 5 años debemos tener las herramientas necesarias para iniciar un desarrollo social, creamos una conciencia de sí mismo y de otras personas, pero, ¿Qué pasa si estas habilidades no se desarrollan como lo esperado cuando somos pequeños? ¿Qué pasa si necesitamos ayuda para desarrollar esta parte social? ¿Qué sucede si nuestras destrezas sociales son torpes y no logramos comprender a otro individuo?   Lamentablemente esto es el diario vivir de varias personas con las que sin saberlo, convivimos de manera cercana.

Se consideran tres factores primordiales, entre otros varios, que intervienen en el desarrollo social del niño: aprendizaje  social, normatividad ético-social y relaciones interpersonales (familia, escuela y grupo de iguales). El aprendizaje social es estudiado según  el  modelo conductista (Bandura/Walters,  Miller/Dollard), y en la atención a las normas se tiene en cuenta el esquema de desarrollo propuesto por Piaget (Valcárcel 1986). Tomando estas consideraciones previas podemos partir de la conclusión que nuestro desarrollo social depende de sobremanera del ambiente en donde nos desenvolvemos, y para ser parte de un desarrollo óptimo, nosotros como adultos que formamos parte del entorno del niño, debemos proveer un ambiente con las características idóneas para este desarrollo social.




Cuando hablamos de aprendizaje social no podemos dejar por un lado los postulados de Vygotsky con sus teorías del desarrollo social.   Podría decirse que la teoría es una “teoría socio-histórico- cultural del desarrollo de las funciones mentales superiores”; Vygotsky, de acuerdo con Bonin (1996), se empeñó en crear una nueva teoría que abarca una concepción del desarrollo cultural del ser humano por medio del uso de instrumentos (los instrumentos son medios externos utilizados por los individuos para interferir en la naturaleza, cambiándola y, consecuentemente, provocando cambios en los mismos individuos), especialmente el lenguaje, considerado como instrumento del pensamiento. La teoría del desarrollo social parte de la concepción de que todo organismo es activo, estableciendo una continua interacción entre las condiciones sociales, que son mutables, y la base biológica del comportamiento humano, lo que nos indica que este desarrollo social se encuentra en constante desarrollo y opta por nuevas maneras de adaptabilidad dentro de la psique humana.

La formación de la normativa ético-social se entiende como un proceso constante, aunque los  precursores de  la  conciencia  y  de  las  normas morales pueden observarse en los años preescolares.  Los años de la  niñez representan  un  periodo  crítico  durante  el cual la conciencia se desarrolla rápidamente, iniciándose con aprendizaje de la distinción de lo que está bien y lo que está mal.  Es  a partir  de los 5-6 años cuando el desarrollo de la conciencia, en la mayoría de los niños, se limita a conductas específicas y a guardar relación con el desarrollo de normas abstractas más generalizadas. Las situaciones familiares enseñan al niño las diferentes actividades determinadas por el descontento y los atractivos externos, definidas más por las sanciones internas, y comienza a comprender el respeto de prohibiciones puestas por los adultos, y también la realización de lo  que “se debe” hacer (Mussen, Conger, Kagan 1973). Todos  estos  autores que  han  estudiado  el  desarrollo  de la conciencia moral opinan que se trata de un proceso de adquisición y no de la manifestación  de  una  conciencia  innata;  sin embargo,  los autores divergen en  cuanto al modo de explicar el fenómeno.

Las relaciones interpersonales por su parte, engloba tres aspectos, los cuales abarcan todo el mundo de relaciones que el niño tiene, a saber: familia, escuela y grupo de iguales.La vida familiar puede considerarse como un proceso interactivo en el que todos los miembros se influyen recíprocamente.   En tal sentido,  es  una forma  peculiar  de  interacción social,  que se caracteriza por la intimidad, la profunda comunidad y la naturaleza tajante e incisiva de sus relaciones. La  escuela  desempeña  un  papel  importante  en  lo  referente  a ayudar al niño a reducir sus lazos de dependencia con su propio hogar.  Le  presenta  también a  un  nuevo adulto,  al  que  debe obedecer, y cuya aceptación tiene que solicitar. Por otra parte es de esperar que la escuela contribuya al desarrollo de un  deseo de llegar a dominar destrezas intelectuales, a adquirir un sentimiento de orgullo por la calidad del trabajo, a perseguir la solución de problemas y a formular metas de largo alcance. Finalmente,  la escuela proporciona  al niño oportunidades crecientes para  establecer relaciones más amplias y más significativas con compañeros de su edad. El grupo de iguales constituye otro de los elementos que contribuyen al desarrollo social del niño, siendo la  edad escolar el momento en el que comienza a ejercerse esta influencia, proporcionándole la oportunidad para aprender a relacionarse con los niños de su edad y con otros, así como hacer frente a la hostilidad y a los dominantes.   También desempeña una función psico-terapéutica para  el  niño  al  ayudarle  a aliviar  sus  problemas sociales, así como a formarse un  concepto de sí mismo, al que llegará  fundamentalmente  a  través  de  las condiciones  de su aceptación o rechazo por  parte  de sus compañeros.


Tomando en consideración estos postulados, teorías e interpretaciones de las capacidades y destrezas sociales que desde niño presenta el hombre como tal, consideremos la posibilidad de un funcionamiento lento o torpe por parte de una persona con diferencias neuroconductuales, con pobres o escasas conexiones neuronales que completan un cuadro que a primera vista resulta caótico de apreciar y mucho más complejo de comprender.   Ante esta situación nos surge la interrogante ¿Cómo podemos ayudar?  Cualquier respuesta que obtengamos, estará acompañada de la frase “no será tarea fácil”, de hecho nunca lo será.   

Una característica de estos cuadros cognitivos-conductuales, presenta también una postura rígida de pensamiento, ideas obsesivas en muchas ocasiones que caen en la línea del ritualismo de constructos del pensamiento y de soluciones de problemas, en otras palabras, escasas herramientas para resolver problemas de la vida cotidiana.

El  avance  de  la  ciencia  cognitiva  y  los  hallazgos  reveladores  desde  el nuevo campo de la neurociencia social han ayudado a comprender mejor el funcionamiento  del  cerebro, incluyendo  la  dinámica neurológica de  las  relaciones humanas,  la  plasticidad  del  cerebro y  la  forma  en  que  se  activan  las neuronas,  como  las  denominadas neuronas  espejo, que  son  las responsables  del  mecanismo  de  mimetización; de  lo  que  sucede  en  el entorno en el proceso de aprendizaje. Estas neuronas espejo perciben la acción que otra persona está a punto de realizar e instantáneamente nos preparan para imitar ese movimiento. (Belloso 2010) Esta plasticidad del cerebro permite que cada experiencia sea adaptada por el sistema nervioso y que éste cambie o se adapte según las circunstancias. Así, la plasticidad cerebral permite la adaptación (modificación) a partir del aprendizaje, que se inicia desde antes del nacimiento del ser humano cuando el feto entra en un proceso comunicativo con la madre. Ahora bien, tomemos en consideración una pobre o nula conexión entre estas neuronas, aunado al pensamiento concreto e ideas lineales que parecen tener poca flexibilidad de respuestas.  Es en esos momentos y circunstancias en las que es necesario contar con un cúmulo de estrategias de relaciones sociales que en ocasiones pueden parecer extrañas o raras la primera vez que se escuchan.    Por ejemplo la frase “necesitamos un plan para esto” comienza a ser una frase muy común, y es en estos momentos que un equipo de confianza que muestre compromiso y profesionalismo para tan curiosas y complejas circunstancias de trabajo es un gran apoyo para afrontar estas nuevas facetas en el desarrollo de destrezas sociales. Cualquier individuo con un diagnóstico que presente diferencias neuroconductuales pertenece a un grupo heterogéneo. Aunque hay una variabilidad enorme en cuanto a la presentación de síntomas específicos, las personas afectadas comparten varios aspectos comunes. Estos incluyen una cognición social deficiente, el deterioro de la comunicación recíproca tanto verbal como no verbal, y una capacidad limitada para cambiar el foco de atención y de interés. 




Desde una perspectiva neurológica y sin ahondar en otra sintomatología que podamos diferenciar, la variación en las manifestaciones conductuales de los niños con diferencias neuroconductuales, probablemente se deben a este grado de afectación en las redes neuronales responsables de las conductas que definen y se presentan en el dicho diagnostico. La característica central que define este diagnóstico y otros trastornos asociados, es una alteración de la interacción social, el cual no es absoluto y nos muestra únicamente conductas sociales distintas a las que usualmente observamos en niños de edades similares. Como consecuencia de estas diferencias a veces tan notorias, es que debemos prepara y anticipar cualquier interacción social por mínima que esta pueda ser y repetir continuamente “el plan” a seguir para el éxito en el desarrollo de la misma.  Al hablar de repetición hablamos literalmente de “repetición”, es decir practicar muchas veces hasta que la acción o proceso sea realizado de forma independiente y nosotros como moduladores de estas conductas sociales consideremos que lo realiza de una manera que hemos observado con anterioridad y que pueda ser parte del grupo que interactúa.



Les comparto esta situación para ejemplificar este proceso; imaginemos una prueba corta de Estudios Sociales con alumnos entre 5to y 6to Grado de Primaria.   La pregunta está formulada en forma de un cuadro sinóptico, donde se deben completar los siguientes datos: departamento, cabecera, municipios importantes y lugares turísticos.  Un alumno se detiene en el último reglón, a punto de escribir el último dato que es un lugar turístico; ha completado la información del departamento de Guatemala, la cabecera es Guatemala, municipios importantes: Mixco, Villa Nueva; pero el lugar turístico no está del todo claro.  El alumno pide ayuda y aunque el ejercicio fue elaborado con anterioridad en clase se le brinda una explicación diferente: “es un lugar donde llegan muchos turistas y encuentras muchas personas”. La respuesta del alumno es: EL AEROPUERTO.   A primera vista pensaremos que fue una respuesta de un típico alumno que desafía al maestro y quiere jugarle una broma, que espera obtener la aceptación del grupo con este desafío. Pero lo que no está visible en esta situación es la descripción de los retos de este alumno, su pensamiento concreto le muestra esta salida al problema planteado. Analicemos la respuesta: en el aeropuerto efectivamente encontramos a muchas personas y claro, está inundado de turistas; entonces nuestro alumno ¿Considera esta respuesta como una broma? Por supuesto que NO, él siguió las instrucciones al pie de la letra, de hecho demasiado “al pie de la letra” y es acá donde debe entrar nuestra intervención. Este ejemplo es uno de varios que podríamos compartir y que día con día retan nuestros paradigmas académicos y ponen a prueba nuestra formación profesional. Estos retos pueden ser tomados como detalles sociales con poco significado pero representan grandes dificultades en el desarrollo de destrezas sociales de nuestros alumnos.



Es por esta razón que constantemente estamos evaluando y reconsiderando nuevas opciones o bien retomando planes de conducta social pasados para obtener una relación social exitosa, con las acomodaciones y el respeto por sus diferencias únicas. Es debido a estas características tan diferentes como complejas de comprender que es necesario un trabajo en equipo que posea objetivos claros y metodologías concisas que orienten tanto a padres, docentes y alumnos al cumplimiento de los mismos. El ejemplo antes descrito lo podemos apreciar día con día y con incontables variantes. Otra gran dificultad con la que nos topamos en el diario vivir se refleja en la pobre o casi nula capacidad de reconocer o identificar el lenguaje corporal. Como antes lo describimos, el pobre reconocimiento de las emociones propias y de sus propias posturas corporales, se aprecia de la misma manera en el reconocimiento de lo que el cuerpo de otra persona nos dice o intenta comunicar. 


Un juego grupal muy conocido y practicado por varios de nosotros resulta un reto muy difícil de superar, el juego de “Mímica”.   Como es de suponerse, este juego necesita en su mayoría, la destreza de la lectura del lenguaje corporal y la correcta descripción de las posturas y ademanes que la persona realiza para transmitir un mensaje con su cuerpo. Aunque difícil de realizar, en ocasiones logramos entender el mensaje con mayor facilidad cuando la persona que ejemplifica es muy conocida por nosotros, pero cuando estamos frente a las dificultades de bajo entendimiento de lenguaje corporal, estas posibilidades se disminuyen a pesar de una posible familiaridad. Esta destreza debe ser ejercitada constantemente para lograr, a base de práctica, la identificación de estos mensajes que transmitimos con el cuerpo. Claro está que no es tarea fácil puesto que debemos ejemplificar y modelar constantemente los ejemplos de la vida diaria y comparar diferentes situaciones.   A esto debemos sumarle la rigidez de pensamiento que generaliza cualquier norma social que le digamos a esta persona, su manera poco flexible de pensar lo llevan a una respuesta única e irremisible ante varios ejemplos o situaciones. 


Con la práctica constante y la exposición a diferentes situaciones sociales logramos enseñarle la variedad de respuestas que surgen ante situaciones diferentes o situaciones que a los ojos de estas personas, son iguales puesto que están formadas con los mismos elementos. Por ejemplo si le damos una instrucción como: “Mira a tu alrededor, cuando alguien se ríe de una broma, tú también puedes reírte” el mensaje parecería algo sin mayor dificultad para llevar a cabo, sería una instrucción valedera y real que nos dice, observa, evalúa y emite una respuesta acorde a la situación; pero con una dificultad de evaluar una situación, con pensamiento poco flexible, nos encontramos con personas que se ríen cada vez que escuchan o ven a otra persona riéndose, sin entender completamente la razón de su risa, y pararán su risa abruptamente si la otra persona lo hace. 


Esto puede verse un poco extraño y probablemente difícil de comprender, pero es un ejemplo que se vive constantemente y necesita de ayuda externa para ser comprendido e internalizado.  Es por esto que con cierta periodicidad es necesario brindar espacios de reflexión y de aclaración de dudas para que estas situaciones sean comprendidas correctamente y en el futuro sean situaciones de éxito social cuando las realicen de manera independiente.



Lic. Baudilio Bracamonte
Psicólogo / Terapeuta
Director de Facilitaciones Grupo Creare
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